La Vaca I

Como todo animal bucólico-rumiante la vaca posee cuatro estómagos;uno de ellos se llama libro.
Se cree que de allí vendría la afición de la vaca por aparecer tantas veces en manuales y tareas escolares.
Otros, en cambio, relacionan el nombre de “libro” para ese estómago con el acto de rumiar, casi un análogo de la palabra “reflexionar”.
Pero, ¿se puede ejercer la acción de reflexionar como lo hacen las vacas, sin materia de reflexión, sin “reflexionante”?
Esta es una pegunta que filósofos, políticos y galanes se han hecho desde siempre.
¿Qué sucede primero? ¿La cara de pensar o el pensamiento? ¿Una excelente cara de pensar, nos exime del acto mismo de procesar alguna idea?
Aunque quizá la principal pregunta sería:
¿Se puede pensar en nada sin terminar en bife a la plancha?

Andrés Sobico

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