Una mariposa despertó. Mientras salía de su capullo y secaba al sol sus flamantes alas, con un escalofrío recordó esa pesadilla en la que era una tonta y voraz oruga.
(Ese regusto a hojas amargas en su paladar era un aterrador misterio)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Es que siempre el pasado nos condena...
..siempre lo podemos negar...
Publicar un comentario