Ambrose Bierce

Unas Palomas que eran acosadas por un Gatito le pidieron ayuda a un Halcón para que las defendiera. Éste accedió, y estando en el corral esperó que llegara el Gato, se abalanzó sobre él y se lo comió. Cuando estuvo saciado hasta el punto de no poder moverse, las Palomas, todo agradecimiento, le sacaron los ojos.

(de Fábulas Fantásticas, 1889)

2 comentarios:

Eleonora dijo...

Me recuerda a esta otra:

—¡Ay de mí! —dijo el ratón—. El mundo se hace más pequeño cada día. Al principio era tan grande que me daba miedo; corrí y corrí y me alegré cuando por fin vi las paredes allá a lo lejos, a la derecha y a la izquierda, pero esos paredones se angostaron tan rápido que llegué al último salón y allá en la esquina está la trampa con la que no puedo evitar chocarme.
—Tan sólo tienes que cambiar de rumbo —dijo el gato, y se lo comió.

Franz Kafka

A.S dijo...

En ese tópico, me hiciste acordar de algo que postearé arriba.